Déjele claras las reglas de la casa a los niños, ellos no saben cuáles son las reglas hasta que se le enseñan, por lo que esta es una de las estrategias más importantes en la crianza.
Es común ver a los niños pequeños interesados en tocar y explorar, por lo que, sí hay cosas valiosas que usted no quiere que toquen, debe guardarlas o quitarlas de donde estén. Contemple la posibilidad de organizar un espacio dentro de su casa donde su hijo pueda jugar con libros y juguetes. Siempre que el niño no obedece una regla importante, hay que darle una amonestación para que entienda exactamente qué es lo que hizo mal.
Las amenazas están sobrevaloradas.
Una de las estrategias más eficaz es reforzar las conductas deseadas y enseñar a los niños conductas alternativas en vez de tan solo decirles «Deja eso o vas a ver».
Presente distracciones saludables.
Mientras que le enseña a su hijo a responder de otras maneras, no está nada mal distraerlo o probar otra estrategia. Siempre y cuando no le esté brindando un «soborno» para que se comporte de una buena manera, ofreciéndole dulces, por ejemplo. No está nada mal cambiar intencionalmente su foco de atención.
Contrólate
Debe recordar que los niños pequeños, por naturaleza, tienen muy poco autocontrol, necesitan que se les brinde estrategias para no patear, golpear o morder cuando están enojados, sino a expresar con palabras sus sentimientos.
No tenemos que lastimarnos
Mantenga a su hijo bajo supervisión cuando esté discutiendo con sus compañeros de juego. Si el conflicto no pasa a mayores, mantenga su distancia y permita que los niños resuelvan solos su problema.
Una estrategia importante es que no debemos intervenir cuando los niños llegan a tener una pelea física que sin importar que les diga que se detengan aún continúan peleando o cuando un niño tiene una ira incontrolable y está lastimando o mordiendo al otro. Separe a los niños y debe mantenerlos así hasta que estén tranquilizados. Si la pelea fue muy violenta, debe dar por terminada la sesión de juego. Hay que dejar claro que no importa quién «empezó». Lastimarse entre sí no tiene caso.
Alternativas a la pelea.
Enséñele a su hijo a decir «no» con un firme tono de voz, a dar la espalda o a qué debe llegar a un acuerdo en vez de pelear. Por medio del ejemplo le está enseñando a su hijo a resolver los conflictos con palabras, de manera eficaz y más civilizada, en lugar de usar la violencia.
¡Bien hecho!
Otra de las estrategias sobrevaloradas es felicitar a su hijo cuando se comporta de manera adecuada y explíquele que se está comportando como una persona responsable siempre que resuelve sus problemas de manera tranquila en lugar de pegar, patear o morder. Y felicite las conductas cuando vea a su hijo ser amable y gentil.
Si debe proporcionarle disciplina a su hijo, no se sienta culpable por ello; y no le ofrezca disculpas bajo ninguna circunstancia. Si su hijo se da cuenta de sus sentimientos encontrados, creerá que estuvo bien lo que hizo y que usted es el «malo».
Disciplinar a un hijo nunca es agradable, pero es una parte necesaria de la crianza y no hay ninguna razón para sentirse culpable. Es necesario que su hijo entienda en qué momento está equivocado; es importante que asuma la responsabilidad por sus actos y que acepte las consecuencias.
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